Una de las primeras lecciones que se dan en Mercadotecnia básica es la “Ley de las Necesidades”: Las necesidades no se crean ni se destruyen, solamente se transforman. Las necesidades del consumidor están fijas en los elementos que componen a la Pirámide de Maslow.
Pensar en la manipulación del público es una ilusión. Es imposible manipular a la población, sólo se puede manipular el mensaje. Si fuera realmente posible manipular al consumidor, empresas como, por ejemplo, Coca-Cola ya lo habría hecho; y si bien, dicha empresa es líder en la comercialización de bebidas gaseosas, existe mucha gente que prefiere productos similares de otras marcas, o que incluso prefiere no tomar bebidas gasificadas.
El concepto de la manipulación de la población es un constructo teórico que se ha demostrado imposible. Ello lo menciono bajo el contexto del estreno próximo del filme “La Dictadura Perfecta”, en donde se retrata la creencia de muchos, que consideran que es posible manipular a la población a través de los medios (específicamente la televisión).
Es increíble cómo gente preparada, e incluso inteligente cree fervientemente en que es posible manipular a la población para votar por algún candidato, o por consumir algún producto. Estos opinadores...
Recientemente, la Asamblea legislativa del DF aprobó la prohibición de la utilización de animales en espectáculos en la Ciudad de México, particularmente en los circos (por alguna bizarra razón, no se incluyen las Corridas de Toros).
Esta serie de prohibiciones se han ido extendiendo como fichas de Dominó en todo el país, de asamblea en asamblea. Es una causa popular, y desgraciadamente en muchas ocasiones, en la política, lo popular, dado que puede capitalizarse en votos en el futuro cercano, es empleado sin mayor reflexión.
En la idea general, como concepto, a mí tampoco me gusta el empleo de animales en algunos espectáculos. Los circos me parecen un espectáculo passé y los Toros una crueldad. Yo no voy a un Circo (en el sentido tradicional de la palabra) desde que tenía como 6 años….y eso fue hace treinta.
Habiendo dicho eso; considero la prohibición un error garrafal por una gran cantidad de razones. Para empezar, como mercadólogo, yo sostengo que la permanencia de un producto en el mercado debe de estar dictada por las leyes de la oferta y la demanda. Es decir, que la manera de acabar con los Circos con animales, debería de ser no yendo. Si el...